jueves, 22 de marzo de 2012

La Sal.

Ojalá todo fuera tan fácil como una ecuación química donde todo encaja. Para darte cuenta si está mal, no hay más que fijarse si el resultado está equilibrado, con eso no hay vuelta. Si te sobra un Hidrógeno o un Oxidrilo, balanceas la cantidad de moles hasta que quede bien, y voalá, tenés la sal neutra. Si querés que sea básica o ácida, cambias el numerito de vuelta para que te sobre uno u otro, y nuevamente, la sal queda lista como por arte de magia. Si la ecuación salió bien, al hacer la fórmula desarrollada notarás que todos los electrones tienen su enlace correspondiente. Quizás el dibujo quede un poco enquilombado, dependiendo mayormente en la cantidad de moles, pero cierra perfecto. Con un poco de práctica, este procedimiento se hace en pocos minutos, y la satisfacción de que te salga redondo, hace que valga la pena.
Pero no, la vida no es así de simple. No hay tabla que te guíe, ni esquema que te advierta si vas en la dirección correcta o no. No hay goma que borre los errores, no hay nomenclatura que te indique de qué se trata. Todo es misterioso, cambiante y decisivo. Todo es subjetivo. Enroscado, indescifrable. Puede que pases mucho tiempo analizando un tema y nunca llegués a entenderlo, porque no hay soluciones absolutas. Sin embargo, pasamos nuestras vidas buscando respuestas, buscando que hay más allá, indagando. No nos conformamos, queremos más. Porque al no haber nada seguro, todo es posible. Nos permite soñar, soñar y desear. Y es ese deseo de encontrar la sal de la vida, el que nos impulsa a vivir intensamente.

Pájaro.

Quisiera ser una pájaro para salir volando ahora mismo.

martes, 20 de marzo de 2012

Control, tercera parte

Después de un día traumatico (bue, tampoco para tanto) hoy pude controlarlo, pude controlarlo todo. Estoy orgullosa de mí. Funcionó eso de recordarme a mi misma que puedo, que soy mejor que eso, que no lo necesito, que de hacerlo, estaría arruinando todo. Que linda sensación. :)

lunes, 19 de marzo de 2012

Control, segunda parte.

Lo perdí por completo. Si, por completo. No se, no lo me di cuenta, no lo perdije. Hay días en que ya desde que me levanto me doy cuenta de que ese día va a ser difícil, pero hoy no, no más de lo normal. Y ahora no se que pensar, no se que sentir. No quiero hacer nada, no quiero salir de mi casa, pero no me queda otra, tengo que. No puedo excusarme de ninguna manera. Simplemente no puedo. No quiero tener que inventar explicaciones, o si, no se, no se, no se, no se... En cerio no quiero salir. Me siento tan idiota.

jueves, 15 de marzo de 2012

Control.

No se cómo controlarme. O quizás no quiero controlarme. No entiendo por qué tengo estos impulsos autodestructivos, porque eso es lo que son,  en todas sus formas. Porque ahora se me están haciendo costumbre varias cosas. Y entre más lo pienso, más me doy cuenta de lo mal que están, de lo mal que me hacen, de cuanto me desagradan. Pero igual pasan, en el momento no puedo detener la situación, no tengo la voluntad, no tengo fuerza, no tengo motivación. Triste. No quiero que toda mi vida sea así, no quiero tener que lidiar con estas cosas para siempre. Pero estoy atrapada, y me da vergüenza.  Me da vergüenza e impotencia no tener el control de mi cabeza.

martes, 13 de marzo de 2012

´Cause all she wants it's a boyfriend, she gets one-night-stands.
She's thinking "how did I get here?" and wandering why?


22, Lily Allen.

viernes, 9 de marzo de 2012

Señales.

Últimamente me dejo llevar por lo que creo son señales. Raro, porque nunca creí en las señales, y solía usarlas como excusa para alguna u otra cosa. Pero en estos días, creo que empezé a creer. No sé, pero hay situaciones que se dan "por casualidad" muy extrañas últimamente. Y me encuentro pensando, que si hubiera hecho algo diferente (como caminar por la vereda de en frente, salir 5 minutos más tarde, comprar otra cosa, etc) eso nunca hubiese pasado; o me transmite una sensación extraña, una señal de algo. Por ejemplo, el otro día estaba indecisa entre dos libros que quería para regalar. Finalmente elegí uno, pero cuando fui a la libreria, tenían el otro. No me pregunten por qué, pero salí pensando que eso era una señal, que el libro que debía comprar era ese. No sé si tiene lógica, pero en ese momento la tuvo para mí. Y como esta, varias circunstancias. Siento que me están llevando a algo, algo bueno espero. Así que, por ahora al menos, me dejo guiar.

domingo, 4 de marzo de 2012

Correr.

Me sentí rara, ansiosa, como asfixiada. Me sentí totalmente confundida, indecisa por un momento, no sabía que hacer. Y me fui. Me fui a correr. Pensé que quizás si corriese muy rápido sin detenerme, cuando lo hiciera, estaría ya tan lejos que no sabría dónde. Como si corriendo a toda velocidad pudiese escapar y todo perdiese sentido. No podría volver, y tampoco importaría, porque ya todos se habrían olvidado de mi, como si en esa carrera se hubiera perdido la persona que soy. Mi alma habría escapado realmente de mi cuerpo y ya no sentiría dolor, no sentiría nada. No sentiría esta opresión. La incertidumbre, el miedo. Desaparecería mi  violenta ciclotimia. Pero claramente es imposible. Porque a fin de cuentas, me encuentré dando vueltas en una pista circular, sin principio ni final. Y no importa cuanto ni que tan rápido corra, siempre termino en el mismo lugar. Es tan difícil salír. Hace falta decisión. Pero el problema es que para ello, tenes que dejar de correr. Volver a la normalidad, cuando ya no controlas el tiempo, ni las vueltas. En conclusión, no hay manera de escapar. No puedo correr eternamente. Solo por un rato. Pero vale la pena. Porque cuando me detuve y volví a casa, me sentí más tranquila.