sábado, 23 de julio de 2011

Alejarse.

A veces hace bien irse lejos un tiempo. No mucho, lo justo. Porque aunque no dejes de pensar en todo lo que habitualmente pensás, no es lo mismo, no tiene el mismo efecto una vez que ya no estás rodeado de aquello que te afecta (para mal o para bien). Caminar por calles que no sabés bien a donde llevan. Hablar con gente que no siempre hablas, porque no tenés la oportunidad, o porque en tu vida cotideana no está estipulada esa charla y nunca encontrás el tiempo.
A veces hay que irse lejos, a un lugar desconocido. Puede ser un viaje de 3, 6 o 15 horas, lo que importa es que  nunca hallas estado antes. Que nada de él sea predecible. No tiene porque ser espectacular.Cualquier lugar es suficiente. Es una manera de salir de nuestra área de confort, del día a día. Poner distancia. Poner las cosas en perspectiva. Conocer otras cosas. Despejar la cabeza. Escapar un poquito. Total vas a volver y todo va a seguir exactamente igual que cuando te fuiste, pero vos vas a estar listo para volver a enfrentarte con tu realidad ,más preparado que antes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario