domingo, 24 de febrero de 2013

Escribir.

Es difícil elegir sobre que escribir a veces. Hay temas que quizás están demasiado cerca nuestro y se nos dificulta como tratarlos. Tal vez tenemos miedo de decir demasiado. Miedo de que se den cuenta. Miedo de que no se queden con que es simple imaginación, y que vayan más allá. Y es verdad que en toda ficción, su autor dejan una gran parte de sí. Un autor escribió en una de sus novelas que los libros son cartas que el escritor se escribe a si mismo con cosas que no podría ver de otra manera. Me parece totalmente acertado. Uno de los problemas es qué tan dispuestos estamos a que terceros las vean, las descubran. Pero hay otro problema que a mi entender, es mayor, y es la capacidad que tengamos de despegarnos de nuestra experiencia para volcarla en una historia ficticia. Si podemos aplicar lo conocido sin mimetizarnos con el personaje, sin involucrarnos demasiado, poniendo distancia. Cuando los acontecimientos están muy cerca, eso es complicado, cuando la herida está fresca, duele. Sería un momento ideal para plasmarlo porque sería totalmente auténtico. Pero no es sencillo, es admitir que ocurre, es dejar asentado que ocurrió. Cuando no podes todavía admitirtelo a vos mismo, es improbable que lo admitas ante el papel. Se necesita tiempo, seguridad y cicatrización. Recién ahí, uno empieza a ver las cosas lo más objetivamente posible. Recién ahí, uno se plantea escribir con gusto.

1 comentario:

  1. qué lindo! estoy de acuerdo. quién fue el autor que dijo eso? increible frase

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