sábado, 10 de noviembre de 2012

Y mientras esperaba para cruzar la calle, mirando el agua en el asfalto me di cuenta de que estaba lloviendo y de que yo estaba feliz. Entonces, el tintineo de las gotitas en mi paragüas se convirtió, junto con una trompeta que se escuchó a lo lejos, en el soundtrak de mi caminata y el cielo gris, aún brillante, atemporal, se convirtió en una metáfora de esperanza. Las florcitas violetas en el piso me transportaron dentro de una película, y todo se convirtió en una ironía.

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