sábado, 17 de septiembre de 2011

Una carta.

Ayer lo vi a Rama por la calle cuando saqué a pasear a Pancho. Me hizo gracia, se me vinieron muchos recuerdos a la cabeza. Y después pensé que no tenía a nadie a quien comentárselo. Y me dieron muchas ganas de escribirtelo. Pero me pareció estúpido, porque hace mucho que no hablamos, y esa parese una escusa malísima para hacerlo. Porque porahi a vos no te importa, y ya no te parece gracioso. Después pensé que pasaría si es que te daba gracia, si  te acordabas como yo. Arreglábamos y nos veíamos. Algo así como "Hace mil que no nos vemos, vayamos a merendar a algún lado." Vos me contarías de tus cosas, y yo de las mías, porque ya no hay cosas nuestras. Lo único que compartimos es el recuerdo. Y así como nos encontramos, nos despediríamos con la promesa de volver a vernos, pero las dos sabríamos que no es muy probable. Entonces estaríamos igual que ahora. 
Por eso no hice nada. Y se que no vas a leer esto, pero alguien lo va a leer. Puede que lo entienda, o puede que no. Pero a fin de cuentas eso no importa, porque este texto es para vos.

2 comentarios: