La cagué. Y bue, tenia que pasar.
Fue inevitable. Tuve de esos momentos en que la más mínima boludes me pone mal. Y no me quedó otra que disimular, no quería que todos se dieran cuenta. Fueron pocos los que se percataron, los pude ver, pero fueron discretos. Gracias. Y sobreviví.
Ahora, ya la crisis pasó. Se restableció el equilibrio. Estoy bien, y sonriente.
Ya volví el reloj a cero.
:) te amo de más mat
ResponderEliminartodos tenemos recaidas, y sino siempre están los mundos de ficción, no?