Todos podemos equivocarnos y a veces logramos aprender de nuestros errores. Nos hacen poner las cosas en perspectiva. Nos pueden mostrar dos caras de una misma moneda. Hacer que nos enfrentemos con situaciones que nunca pensamos deberíamos enfrentar, inesperadas, shockeantes. Nos pueden hacer sentir mal en el momento, pero una vez pasado este, lo único que quedan son la secuelas, que van perdiendo intensidad con el tiempo. Y después se convierten en una anécdota nada más.
Ya sean tu equivocaciones o de los demás, siempre se les puede encontrar un lado positivo, por más mínimo que sea. Ya sea que causen una separación, una pelea, depresión o algo menos complicado, no podemos cambiarlos, así que es mejor aceptarlos y seguir adelante. Va a llegar un momento en que puedas reírte de ello.