Y se fue Febrero, y se llevó con él las vacaciones, el verano.
Algo que siempre me pasó antes de empezar las vacaciones fue creer que cuando terminasen, yo iba a ser una persona diferente, que cosas extraordinarias iban a suceder. Y nunca pasó. Las vacaciones siempre fueron reparadoras, la terapia que necesito para despejarme de colegio. Tranquilas, divertidas, con mis amigas, me hacen bien, pero a veces falta algo. Aún así cada año me digo, "Esta vez sí."  Pero no.  Sigo siendo la misma, y no importa que cambie las cosas de lugar o use ropa nueva, porque sin importar cuanto yo lo quiera, no puedo forzar al universo.

Lo peor...es que lo sigo creyendo. No me queda más que esperar.